domingo, 20 de noviembre de 2011

Otra falta más de educación. Ahora, sexual.

Las relaciones sexuales se están volviendo narcisistas debido la introducción de los medios audiovisuales y las redes sociales. Nos involucramos en una sociedad que se está volviendo sexualmente inmadura. Se asocia esta circunstancia a la cultura del botellón y del alcohol, que según varios expertos, hace que pierdan el control y no sean dueños de sí mismos.

En consecuencia, olvidan colocarse el preservativo y, como la ingesta de bebidas alcohólicas inhibe el sistema nervioso, también lleva a que utilizan Viagra o similares. En este sentido, se demanda una mayor educación sexual desde las propias aulas. Una educación que permita hablar abiertamente sobre los inconvenientes que puede acarrear una práctica errónea de sexo. Además de sus beneficios.

La educación sexual sigue siendo una asignatura pendiente puesto que aunque se imparten cursillos y charlas puntualmente en algunos centros escolares, la gente joven conoce lo mínimo, y lo más grave es que están cansados de recibir información.
Los profesionales tienen que centrarse más en hacerles ver que el uso del preservativo es importante, que para evitar enfermedades cualquier relación sexual aunque sea esporádica puede ser peligrosa, y como pueden estar seguros la mujer y el varón de tener relaciones sin riesgo para los dos.
En cuanto los motivos por los cuales la educación sexual no se plantea correctamente en el ámbito educativo, existe un conflicto de intereses y falta de conocimiento real hacia la temática de la sexualidad, que no es pornografía, ni erotismo. Las asociaciones de padres y madres de alumnos están mal informadas y creen que los vamos a pervertir.
Por ello, cuando los jóvenes preguntan, van a Internet porque no se atreven a hablar con sus padres y los profesores parecen estar hartos de que se les pregunte ya que no son sus padres. Las páginas web con ese tipo de información son fiables sólo un 50%. Por lo que siguen sin tener el conocimiento requerido para actuar en su justa medida.
Deberían de organizar más jornadas sobre salud sexual y que el personal sanitario se involucre en el conocimiento de esta ciencia, argumentando que las disfunciones sexuales en un porcentaje muy alto no son debidas solo a causas psicológicas, sino médicas. Todavía hoy, los profesionales no se atreven a preguntar a los pacientes. No se atreven a preguntar porque aun hoy el tabú entorpece la transmisión correcta de información.
Que la gente se informe y se forme, que intente reorientarse y acuda a fuentes contrastadas de profesionales para que les digan qué hacen mal y así reorientarles.


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